El más reciente informe presentado por MapBiomas en la COP27 señala que entre 1985 y 2020 la selva amazónica perdió más vegetación nativa que en los últimos 500 años, desde la colonización europea. Si se mantienen las tendencias actuales de deforestación, la Amazonia podría llegar a su punto de inflexión en esta década, pasando de ser un sumidero de carbono a un emisor de carbono.


Los biomas de Suramérica pierden cobertura vegetal, asegura un nuevo informe presentado en la COP27 de Cambio Climático, celebrada en Egipto, que muestra que un área de vegetación nativa más grande que Somalia se perdió en las últimas dos décadas en los biomas de Suramérica e Indonesia.
Usando inteligencia artificial (IA) e imágenes satelitales, los investigadores encontraron que los biomas más amenazados en Suramérica e Indonesia perdieron 68 millones de hectáreas (Mha) de vegetación nativa en 35 años, lo que representa el 5,8% de su vegetación nativa en comparación con el año 2000.
Estos cambios llevaron a emisiones combinadas de más de 27.4 gigatoneladas (GT) de CO2, la mitad de las emisiones mundiales en 2020. La mayor parte de la conversión de la vegetación nativa se debió a su reemplazo por pastos para ganadería y agricultura.
El estudio Cambio de uso del suelo sobre biomas amenazados en Suramérica e indonesia fue realizado por MapBiomas, una iniciativa multi institucional que involucra a universidades, ONGs y empresas tecnológicas, enfocada en monitorear los cambios en la cobertura y uso del suelo para buscar la conservación y el manejo sustentable de los recursos naturales, como una forma de combatir los cambios climáticos.
“Las conversiones a gran escala, principalmente de vegetación natural hacia áreas antrópicas, están aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debido a cambios en el uso de la tierra, afectando la resiliencia climática de los ecosistemas y agotando las reservas de carbono, lo cual es preocupante en un escenario de cambio climático”, dijo Tasso Azevedo, coordinador general de la red MapaBiomas. “Esta tendencia, que se puede observar en dos de las regiones más verdes del mundo, Suramérica e Indonesia, resalta la importancia de la restauración y el mantenimiento de las áreas protegidas para mitigar los efectos del cambio climático”.
La selva amazónica perdió 74,6 Mha de vegetación nativa

Cubriendo el 47% de Suramérica, el bioma amazónico ocupa un lugar destacado en las prioridades de conservación: perdió más vegetación nativa (9,6%) que en los últimos 500 años desde la colonización europea (8%). El 83 % de la vegetación nativa restante está cerca del punto de inflexión (20% – 25% de pérdida de bosques) para la provisión de servicios ecosistémicos de la Amazonia. “Si mantenemos esta tendencia de deforestación -aseguró Julia Shimbo, coordinadora científica de la red MapBiomas- se podría alcanzar el punto de inflexión en esta década, transformando el bosque tropical más grande de la Tierra en un emisor de GEI”.
Entre 1985 y 2020, la selva amazónica perdió 74,6 Mha de vegetación nativa, un área equivalente a Zambia. Y se emitieron más de 45 GT de CO2 desde 1985 debido a la deforestación. “La deforestación y los incendios amenazan la resiliencia del bosque al cambio climático, así como su papel como uno de los sumideros de carbono más importantes del mundo”, explicó Sandra Rios, coordinadora de MapBiomas Amazonia.
La selva amazónica brasileña es la más deforestada, representando el 81% de la pérdida de vegetación nativa amazónica, o 60,6 Mha entre 19985-2020. En Brasil, la selva amazónica perdió el 12,9% de la vegetación nativa, mientras que la Guayana Francesa, Guyana y Surinam perdieron menos del 1% de su cobertura vegetal nativa en el mismo período. Venezuela, por su parte, perdió 46,8 Mha, el 5,6% de su vegetación nativa, para ubicarse en la quinta posición de los países amazónicos con la más alta tasa de deforestación de la región.

El Bosque Atlántico es el bioma más deforestado de Suramérica

Pero de los biomas de Suramérica que pierden su cobertura vegetal, el más deforestado y un punto crítico de biodiversidad tropical, es el Bosque Atlántico. Ocupa 142,3 Mha (8 %) de la región y perdió 6,6 Mha (11,3 %) de su vegetación nativa entre 1985 y 2021; lo que resultó en 3 GT de CO2 y de emisiones de GEI, equivalente a casi un año de todas las emisiones de CO2 de América del Sur. La vegetación ahora cubre solo el 37% de la extensión del bioma, con la tasa más alta de vegetación secundaria y paisajes fragmentados.
El bosque atlántico brasileño mostró la mayor área de pérdida de vegetación nativa del bioma (3,8 Mha). En Brasil, el bioma alberga el 70% de la población humana y el 80% de la economía. Sin embargo, en los últimos años, Paraguay perdió más proporcionalmente, casi el 40% de su vegetación nativa (2,5 Mha), mientras que Argentina registró una pérdida de 17,1% (0,3Mha).
El Gran Chaco tiene una de las tasas de conversión más altas del mundo

El Gran Chaco Americano, es una tierra baja semiárida cubierta por bosques secos mixtos, pastizales y humedales en Argentina, Paraguay y Bolivia, y cubre el 6,1% de Suramérica con 107,8 Mha. Con algo menos del 80% de su vegetación nativa aún conservada, tiene, sin embargo, una de las tasas de conversión más altas del mundo, debido a la expansión de la soja y la ganadería a gran escala. Un total de 9,5 Mha de vegetación nativa se perdieron entre 2000 y 2021, o un 10% en comparación con 2000, lo que corresponde a 3,8 gigatonelasdas CO2 emitidas desde 2000 debido a la deforestación.
La porción más extensa del Chaco se encuentra en Argentina: 60,3% (65,1 Mha), pero es en Bolivia donde se encuentra el 90% de la vegetación nativa del Chaco.
La vegetación nativa del Chaco paraguayo y argentino perdió más de 8 Mha en las últimas dos décadas debido a la expansión agrícola. Paraguay perdió 16,3% (4,4 Mha); Argentina, 8% (4,4 Mha); y Bolivia, 5,2% (0,6 Mha).
Casi la mitad de la Pampa ya se ha convertido a la agricultura

Entre Brasil, Argentina y Uruguay tenemos la Pampa, una vasta región antes dominada por pastizales naturales. Casi la mitad ya se ha convertido a la agricultura, principalmente a la producción de cultivos a gran escala, que creció un 17,4% en las últimas dos décadas. Al mismo tiempo, las áreas protegidas son menos del 0,5% del bioma. Entre 2000 y 2019, la región Pampeana vió desaparecer 8,5 Mha de vegetación nativa, una pérdida de 16,3% con respecto a 2000, equivalente a 0,7 GT de CO2.
Mientras que Brasil tuvo la mayor pérdida proporcional de vegetación nativa pampeana (19,6% ó 2,1 Mha), principalmente debido a la expansión de las plantaciones de soja, Argentina sufrió la mayor pérdida de vegetación nativa en términos absolutos (5,1 Mha ó 17,6%). La pérdida de vegetación nativa en la parte uruguaya de la región Pampeana alcanzó 1,2 Mha (10,1%, en comparación con 2000).
El Cerrado emitió 4,2 gigatoneladas CO2

El Cerrado es otro de los biomas de Suramérica que pierden su cobertura vegetal aceleradamente. La sabana con mayor biodiversidad del planeta, ubicada en su mayor parte en Brasil, ya perdió la mitad de su extensión vegetal original, principalmente por la expansión de la agricultura, principalmente de pasturas/pastos y soja. Se perdieron casi 28 Mha entre 1985 y 2021, lo que corresponde a 4,2 gigatoneladas CO2. La región de frontera agrícola Matopiba (en los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía) concentró el 60% de la pérdida de vegetación nativa en el período.
Indonesia perdió 12,9 Mha de bosques en 20 años

En Asia, el archipiélago de Indonesia comprende más de 17 mil islas con muchos tipos diferentes de hábitats, que abarcan dos de los puntos críticos de biodiversidad del mundo. De los 12,9 Mha de bosque perdidos en las últimas dos décadas, el 60,4% se ha convertido en agricultura, palma aceitera, plantaciones madereras y, más recientemente, en expansión minera. La pérdida de vegetación nativa entre 2000 y 2019 fue del 10,2% o 13 Mha. 5,9 GT de CO2 emitidas desde 1985 debido a la deforestación.
Sumatra es la región con la mayor pérdida de vegetación nativa en las últimas dos décadas (6,1 Mha), principalmente convertida a la agricultura. Esta pérdida la convirtió en la región con mayor cobertura de tierras agrícolas en 2019 (65 %), superando a la región de Jawa-Bali-Nusa (59 % de la agricultura). En este último, la pérdida de vegetación nativa fue del 5,5 %, o 0,4 Mha, muy por debajo de Borneo, donde se perdió el 13,9 % de la vegetación nativa entre 2000 y 2019, o 5,4 Mha.
Una plataforma al servicio de una estrategia de conservación
MapBiomas es una iniciativa liderada por la La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada – RAISG, de la cual formamos parte en Wataniba. Inicialmente, la herramienta de mapeo de uso del suelo fue desarrollada para ser aplicada en Brasil, y sería perfeccionada con el aporte de las organizaciones miembros de la RAISG para ajustar los resultados y el análisis a la geografía de cada uno de los países amazónicos. De este modo, el conocimiento existente a nivel local ha permitido mejorar la herramienta y afinar la interpretación de los datos. Así la información de cada uno de los países es perfectamente compatible con la del resto de los países, permitiendo una visión integral de la región.
El enfoque de la red MapBiomas permite monitorear información de manera eficiente y rápida donde sea necesario, incluidos los ecosistemas naturales forestales y no forestales. Todos los datos están disponibles de forma gratuita y transparente y tienen el potencial de ser tomados en cuenta para la construcción de legislación, políticas públicas y toma de decisiones para evaluar los impactos en estos biomas para su protección a largo plazo.
En este sentido, el reciente informe revela que una de las estrategias de conservación, la implementación de parques nacionales y territorios indígenas, aún es débil en algunos biomas, o no es suficiente para frenar la pérdida de vegetación nativa. Sólo la Amazonía presenta el 63% de su vegetación nativa bajo algún nivel de protección; mientras que en los demás biomas se protege menos del 20% de la vegetación nativa.
El éxito de esta estrategia se traduce en números y, en el caso de la Amazonia, el 90% de la deforestación ocurrió fuera de las tierras indígenas u otras áreas protegidas entre 1985 y 2020. Las tierras indígenas son las áreas más protegidas de la Amazonía, apenas el 1,2% (2,9 Mha) de su vegetación nativa se ha perdido desde 1985.
Descarga, lee y comparte el informe completo de los biomas de Suramérica e Indonesia que pierden cobertura vegetal