“Donde nace el agua, nacemos nosotros”.
Según Gregorio Mirabal, líder del pueblo Kurripaco, en la región amazónica hay 450 pueblos indígenas distintos y aproximadamente otros 80 en aislamiento voluntario.
A horas de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la oportunidad de replicar el mensaje de reflexión y solidaridad ante un mundo que vive en desigualdad y guerra, Gregorio vuelve a plantear:
“No es un regalo de gobiernos ni organizaciones, es un ejemplo de resistencia, de casi 50 años de lucha por parte de nuestros abuelos para lograr el reconocimiento mundial”.
Un aire y agua contaminados afecta a 300 millones de indígenas en el mundo. En la Amazonia, proyectos de extracción que derivan en explotación irresponsable de recursos, así como conflictos y vicios que atentan contra las costumbres ancestrales, son parte de una realidad que condiciona a los territorios indígenas en la Amazonía venezolana y la panamazonía.
“Todo ser vivo cumple una función en la naturaleza y hoy ella está sufriendo al perderlos. Según los códigos indígenas, los minerales tienen fines espirituales, curativos y forman parte del equilibrio del planeta. Hoy los minerales responden a demandas de transnacionales y mercados exclusivos”, expresa el líder indígena de los Kurripaco, grupo perteneciente a los Arawak.
Agrega que la minería está presente en los nueve países pertenecientes a la Coica, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Región Amazónica: Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Surinam, Guyana y Guyana Francesa. Es una grave amenaza para la cultura de estos pueblos, que es acompañada por enfermedades como el paludismo y vicios como la prostitución. Destruye el medio ambiente y nuestros territorios.
“La denuncia es necesaria, pero también el acompañamiento con acción. Nuestro mensaje debe llegarle a la gente que decide los destinos del país y del mundo, tenemos que ser responsables con el medio ambiente y no aceptar proyectos que atenten contra la naturaleza y los pueblos ancestrales. Nosotros sabemos lo que necesita la naturaleza”, finaliza Gregorio, quien también responde al nombre de Ayaneni.
Fotos: @Juan Pinto/Wataniba