Rusia, Ucrania y los pueblos indígenas de la Amazonia.

(Foto: Reuters)
El pasado miércoles por la noche, el presidente de Brasil, Jair Balsonaro, logró que la Cámara baja del Congreso aprobara por vía de urgencia la tramitación del proyecto de ley 490 que podría levantar el veto a la explotación minera en territorios indígenas de la Amazonia de este país.
“Esta crisis entre Ucrania y Rusia es una buena oportunidad para nosotros”, declaró en una entrevista, “tenemos un proyecto de ley en el Congreso que permitirá explotar esas tierras indígenas”. Después de que Rusia, principal proveedor de fertilizantes de Brasil suspendiera sus exportaciones, Bolsonaro ha encontrado el pretexto para socavar los recursos de la Amazonia.
“El presidente ha usado el argumento de que va a faltar potasio, diciendo que hay (reservas de potasio) en tierras indígenas y que por eso es necesario autorizar la explotación de tierras indígenas”; afirmó Suzi Huff Theodoro, geóloga y profesora de la Universidad de Brasilia.
De aprobarse la ley, ésta autorizaría la explotación de los minerales, la agricultura y la generación de energía en los ecosistemas que solo los pueblos indígenas han sabido preservar y que son cruciales para mitigar el calentamiento global.
Nuevo record en desforestación
Unos 199 km2 de superficie fueron arrasadas en la mayor selva tropical del mundo durante el mes pasado, de acuerdo con las imágenes satelitales mostradas por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

Foto: Florian Plaucheur (AFP)
La superficie deforestada, equivalente a la ciudad de Buenos Aires, marca un nuevo record de devastación amazónico para un mes de febrero desde el año 2015; con un incremento del 62% respecto al mismo mes en 2021. “Los dos primeros meses de este año establecieron récords de desforestación en la serie histórica: 629 km2 hasta ahora, más del triple del año pasado”, aseveró Rómulo Batista, de Greenpeace.
En el 2021, la deforestación alcanzó un máximo en 15 años de 13 mil 235 km2 desde agosto de 2020 hasta julio de 2021, según el programa de monitoreo del INPE.
La Amazonia se acerca al punto de no retorno
La resiliencia de la selva amazónica, es decir, la capacidad de recuperarse de sucesos como las sequías, la tala o los incendios, ha disminuido sistemáticamente en más de tres cuartas partes del ecosistema desde principios de la década de 2000.

Según los autores de la investigación, la Amazonia podría alcanzar pronto un punto de inflexión, cuyo cruce desencadenaría una muerte regresiva de la vegetación y convertiría gran parte de la selva en una sabana cubierta de hierba similar a las de África; lo cual tendría importantes repercusiones en la biodiversidad, el almacenamiento global de carbono y el cambio climático.
“Muchos investigadores han teorizado que podría alcanzarse un punto de inflexión, pero nuestro estudio aporta pruebas empíricas vitales de que nos estamos acercando a ese umbral”, indica Niklas Boers, de la Universidad Técnica de Múnich y el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania).
El estudio publicado en la revista Nature el pasado lunes, se basa en observaciones mensuales de datos satelitales de los últimos 20 años que mapearon la biomasa (el material orgánico del área) y el verdor del bosque para mostrar cómo ha cambiado en respuesta a las condiciones climáticas fluctuantes.