En la historia colonial, se marca el 12 de Febrero de 1542 como el día que Francisco de Orellana llega al río Amazonas en Ecuador, en búsqueda del Dorado. Algunos países de Suramérica celebran este momento como el Día de la Amazonía.
Rescatar esta fecha es importante. Desde la llegada invasiva de los colonizadores hasta la actualidad, la Amazonía se ha visto envuelta por intereses depredadores de sus riquezas. La búsqueda del Dorado continúa y muestra una cara más feroz, con la actividad minera a cargo de grandes industrias trasnacionales o con una minería a mano de mineros ilegales que van por doquier sin ningún tipo de control. Sin embargo, hay otras actividades que se suman a esta destrucción, como la ganadería extensiva, la explotación de petróleo, la construcción de múltiples hidroeléctricas, las plantaciones para biocombustibles, por nombrar algunas.
Esto hace que la biodiversidad, la capacidad de proveer agua y el efecto de control sobre el clima mundial de la Amazonía se vaya perdiendo. En muchos casos, no hay ni siquiera una justificación real para llevar a cabo la destrucción de estos ecosistemas, es por el contrario producto de la ambición y miopía de grupos con poder político y económico que no quiere comprender las consecuencias e implicaciones de este proceso destructivo.
Sin embargo, las comunidades ancestrales indígenas son el pilar de lucha para mantener la vida y el equilibrio natural de la Amazonía. Desde la llegada de los europeos se han negado a desaparecer y dejar destruir su territorio, y su lucha no ha dejado de tener vigencia.
En Wataniba contamos con casi catorce años de trabajo ininterrumpido en la Amazonía venezolana, de la mano con las comunidades indígenas de la región, para sostener un estilo de vida socioambientalmente cónsono. En tal sentido, la colaboración con las redes y organizaciones sociales ha sido clave.
Con miras a hacer visible la realidad venezolana en este contexto, trabaja también en alianzas transnacionales con otras organizaciones de la sociedad civil de la panamazonía. En ese sentido, desde 2013 ha trabajado articulada con la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, RAISG, de la que forma parte formalmente desde 2018. Desde esa tribuna colabora con la construcción de una nueva visión para el bienestar de los pueblos indígenas y de los ecosistemas amazónicos.
La Amazonía no es El Dorado por sus riquezas minerales, es, por el contrario, un espacio donde cientos de culturas milenarias dan muestras de cómo vivir de una forma amigable con el ambiente, mostrando respeto y haciendo uso de aquello que es necesario. Hacer uso de lo que es necesario, tal vez esa sea el mayor aprendizaje por emprender. Reconozcamos nuestra Amazonía, con su diversidad, como un espacio único para demostrar que los venezolanos podemos vivir sin destruir nuestra casa.
Fotos: Pinterest
Para saber más de lo que acontece en la Amazonía venezolana, síguenos en nuestrasredes:
Ig: @wataniba
Fb: Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonia Wataniba
Tw: @Wataniba_ve