El equipo del Grupo de Trabajo Sociambiental, Wataniba en pleno está de trabajo de campo estos días, lo que ha permitido que hagamos eventos en Amazonas que no habíamos podido realizar y participar en estos tiempos de pandemia. Aunque ya habíamos hecho el 29 de julio una presentación virtual del libro La jurisdicción especial indígena como derecho propio, una publicación coordinado por Vladimir Aguilar, Guillermo Marciales y Vercilio Mejías y editado como un una publicación coordinada por Vladimir Aguilar, Guillermo Marciales y Vercilio Mejías, y editado como un esfuerzo en conjunto entre el Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GTAI) de la Universidad de Los Andes, el Museo Arqueológico de la ULA y Ediciones Dabánatà, ORPIA, Wataniba y la COICA, este lunes 30 de agosto tuvimos la alegría de bautizarlo, ahora sí, presencialmente, en la sala de reuniones de ORPIA, como uno de sus principales protagonistas. La presentación del libro estuvo a cargo de Vladimir Aguilar, Luis Jesús Bello, miembros de GTAI, Wataniba y parte del grupo de autores e investigadores que están detrás de esta publicación. El evento fue especialmente emotivo porque, además de servir de introducción a sus contenidos para los presentes, fue un homenaje al gran Antonio Rodríguez, un Kajishana Ye’kwana que falleció la semana pasada, a quien los pueblos de la Amazonía venezolana le deben mucho por su activismo frente a la jurisdicción especial indígena.
Luis Jesús Bello abrió el evento hablando sobre la importancia de la jurisdicción especial indígena y de la publicación, la cual, al ser la primera en su tipo en el país, es un hito en la materia que merece ser celebrado. Vladimir Aguilar tomó luego la palabra y dio una exposición de la jurisdicción especial indígena como una manifestación de derecho propio en Venezuela. El autor explicó sus principales apuestas e insistió en la necesidad de que los distintos pueblos avancen en conjunto en sus esfuerzos por consolidar la jurisdicción especial indígena. Así mismo, hizo un recuento del temario de la obra y se extendió especialmente en uno de los casos que se estudian en el libro: el caso de Héctor Solano, un indígena Uwottüja, que fue detenido de manera injusta. Héctor Solano se encontraba en la sala ese día, gracias a las gestiones de la jurisdicción especial indígena de la comunidad indígena Uwottüja de la comunidad de las Pavas y ORPIA, quienes llevaron adelante todas las diligencias para que fuera declarado inocente. Su presencia fue una constatación en sí misma de lo que se logra a partir del trabajo articulado en torno a los derechos indígenas.

Guillermo Marciales tuvo luego su intervención, en la que continuó elaborando sobre el contenido del libro, comentando de manera más exhaustiva el trabajo que vienen realizando las diferentes jurisdicciones amazonas y del estado Bolívar. Por su parte, el defensor del pueblo, Gumercindo Castro, habló de cómo los casos que se comentan en el libro habían servido como punto de partida para otros pueblos indígenas avanzaran e hicieran inventarios de los sistemas de justicia propios. Eligio Dacosta, Coordinador General de ORPIA, en su intervención resaltó la importancia de la obra para revindicar la lucha de los pueblos, quienes ahora son reconocidos por las leyes ordinarias.

El evento cerró con un acto ceremonial –entre totumas, guapas, mañoco y almidón– a cargo del Kajishana Ye’kwana Ricardo Martínez, para homenajear tanto a Antonio Rodríguez como celebrar el bautizo del libro. El homenaje a Antonio Rodríguez enlazaba de manera estrecha con el contenido del libro, pues en éste se alude a él en uno de los casos descritos. Aguilar evidenció este nexo contando cómo, gracias a la Jurisdicción Especial de la comunidad de los Pavas, donde habitaba Héctor Solano, éste fue declarado inocente.

Además de las personas ya mencionadas, había entre los asistentes personalidades ligadas al tema de la jurisdicciones especiales indígenas como Norayma Angel, representante de la Oficina de DDHH del Vicariato de Puerto Ayacucho, Nelson Méndez del Instituto Culinario de Investigaciones Amazónicas (ICIA), Bernabé Arana, miembro fundador de ORPIA, Directivos de ORPIA y, por supuesto, el equipo de Wataniba.