Cambio climático: entre pandemia, protección de los bosques y derechos territoriales indígenas

(A propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas)

Vladimir Aguilar Castro, Guillermo Marciales, Luis Jesús Bello -Equipo de derechos indígenas del Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonía, Wataniba-

  1. La alerta de las Naciones Unidas

Veinte años después de la Cumbre de Estocolmo, desde la Cumbre de Río en 1992, se negociaron los instrumentos jurídicos ambientales[1] más importantes del siglo XX, se alertó sobre lo que, casi 30 años después, sería una realidad irrefutable. El cambio climático constituye la principal amenaza que se cierne en la actualidad sobre la biósfera, a menos que se decida frenar modificando un modelo que apuesta a la aniquilación de todo lo vivo.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en plena Pandemia señaló que[2]:

“No vamos en la dirección correcta. Los niveles de dióxido de carbono están en niveles récord. Ha llegado la hora de la verdad para la neutralidad de carbono. La acción climática es el barómetro del liderazgo en el mundo de hoy. Es lo que la gente y el planeta necesitan en este momento”.

Dicho esto, El Secretario General de las Naciones Unidas imploró a todas las naciones del mundo declarar el estado de emergencia climática hasta que se alcance la neutralidad de las emisiones de carbono (…) Explicó que no se están cumpliendo los compromisos climáticos.

Los miembros del G-20 gastan un 50% más en paquetes de estímulo y rescate en sectores ligados a la producción y el consumo de combustibles fósiles, que en energía baja en emisiones de carbono. “Esto es inaceptable. Los billones de dólares que se necesitan para la recuperación de la COVID-19 son dinero que estamos pidiendo prestado a las generaciones futuras”, expresó el titular de la ONU.

  1. El agotamiento del modelo termo industrial

Con la revolución termo industrial de 1830, se a eligió un modelo energético que ha devenido una mayor generación de calor al Planeta Tierra y, al mismo tiempo, ha tenido importantes implicaciones para la economía global y las relaciones internacionales. Desde entonces, existe una íntima correlación entre modelo energético como fundamento material de las relaciones económicas entre los países y naciones a escala global, y el calentamiento de la tierra. De continuar ese modelo, la temperatura del planeta se hará especialmente más alta y su reducción estará prácticamente determinada por la contención de la sobreutilización de la energía fósil (ver Figura 1). 

Figura 1. Correlación entre aumento de la temperatura y conflictos internacionales

Fuente: IPCC, 2004.

En el período histórico que nos muestra la Figura 1 (1880-2000), fecha en que la dependencia del modelo económico mundial del combustible fósil se profundiza, se llevan a cabo diversos episodios a escala internacional que reflejan el calentamiento de las relaciones entre los Estados a la par de la del Tierra. Así tenemos que: 

  1. Congreso de Berlín (1884-1885): fecha en que las potencias hegemónicas europeas trazan las fronteras en África y se reparten el mundo. 
  2. Guerras Balcánicas (finales del siglo XIX-comienzos del XX): en el debate historiográfico sobre los orígenes de la Primera Guerra Mundial, se afirma que éstas fueron conjunto “la gran guerra civil europea”.
  3. Primera Guerra Mundial (1914-1919): el combustible fósil constituye el epicentro de las armas que se van a utilizar en esta gran confrontación mundial.
  4. Gran Depresión (1929): primera gran crisis del modelo económico instaurado luego de la revolución termo industrial.
  5. Segunda Guerra Mundial (1939-1945): la crisis económica mundial se dirime con la gran guerra en la que el combustible fósil allana los caminos de la próxima embestida.
  6. Hiroshima-Nagasaki (1945): el fin de la Segunda Guerra Mundial se resuelve con el preludio de la confrontación nuclear.
  7. Guerras del petróleo (árabe-israelí, otras 1960-1980): con ellas se pone de manifiesto la enorme dependencia de la economía mundial de la energía fósil y las luchas por el control del suministro.
  8. Fin de la Guerra Fría (1989): la confrontación Este-Oeste da paso al conflicto Norte-Sur y a las tensiones entre países ricos en diversidad biológica versus países que controlan la biotecnología. 
  9. Primera Guerra del Golfo (1990-1991): el fin de la Guerra Fría se estrena con la Primera Guerra del Golfo que, a su vez, se resolvió con el control de la producción del combustible fósil.
  10. Derribamiento de las Torres Gemelas (2001): un nuevo actor internacional inesperado entra en escena y con ello se justifica justifican las nuevas guerras por el control de la producción del combustible fósil.  
  11. Guerras en el Oriente Medio (1991-2020): la sucesión de guerras en el esta región, incluyendo la más reciente en Siria, deja en evidencia lo que autores como Alain Badiou han denominado las disputas por el control de las zonas periféricas del capital global, cuya característica principal es el desdibujamiento de los Estado-nación junto a lógicas de poder dispersas en actores estatales y no estatales. Las principales características de las llamadas zonas periféricas globales pueden resumirse en: estados desestructurados, fragmentados por áreas regidas por el crimen organizado conectadas a circuitos económicos internacionales. Como ejemplos de la desterritorialización del Estado-nación están (caso del Estado islámico (ISIS)) Irak, Libia, Siria y Turquía, entre otros; y algunas zonificaciones del capitalismo global financiero. Actualmente, estas lógicas operan para recursos hidrocarburíferos, minerales[3], agua, y diversidad biológica, entre otros.
  12. Pandemia (2020-): la actual Pandemia es expresión de la alteración de los ciclos de la naturaleza, resultado de la intervención irracional e ilimitada de la especie humana sobre ella.
  13. Pandemia y cambio climático[4]

Luego de que los cambios termo-industriales iniciados hace 190 años han ido impactando a la naturaleza, y en el presente nos encontramos frente a una suerte de revancha del ambiente, de la naturaleza, a través de la Pandemia a la especie humana. 

Desde ahora tenemos solo dos opciones: una, resignarnos y cuando todo “esto pase” (si es que pasa) volver al pasado, al “como era antes”; o, dos, aceptar que no hay vuelta a la normalidad y que, para evitar ya no una nueva plaga sino una definitiva barbarie, urge reinventarnos como especie entre nosotros y, sobre todo, en nuestra relación con la naturaleza. 

¿Se modificará la agenda de cambio climático a partir de la experiencia del coronavirus? 

Cada vez es más evidente que los comportamientos eco-depredadores de manera acelerada nos están conduciendo a la inevitabilidad del cambio climático, derivado del modelo de producción termo-industrial que, desde su nacimiento, ha venido interviniendo el clima y saqueando la naturaleza. Tal como lo afirma Alex Richter Boix[5]:

La deforestación, la apertura de nuevas carreteras, la minería y la caza son actividades implicadas en el desencadenamiento de diferentes epidemias. Diversos virus y otros patógenos se encuentran en los animales salvajes. Cuando las actividades humanas entran en contacto con la fauna salvaje, un patógeno puede saltar e infectar animales domésticos y de ahí saltar de nuevo a los humanos; o directamente de un animal salvaje a los humanos…Murciélagos, primates e incluso caracoles pueden tener enfermedades que, en un momento dado, cuando alteramos sus hábitats naturales, pueden saltar a los humanos.  

Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) el origen de la pandemia es animal. Al respecto señala que[6]

La Organización Mundial de la Salud (OMS), confirmó hoy que el nuevo coronavirus causante de la enfermedad COVID-19 no es un producto de laboratorio sino una zoonosis vírica originada en murciélagos, frecuentemente receptores de este tipo de virus, y luego transmitida, a través de otros mamíferos, al ser humano (…) 

El Doctor Peter K. Ben Embarek, experto en seguridad alimentaria y en zoonosis en la OMS, declaró que “todavía no se había encontrado el origen del foco infeccioso, pero todavía estamos a tiempo porque es importante encontrarlo para entender lo que ocurrió y evitar que vuelva a suceder”.

Ben Embarek explicó que “el COVID-19 pertenece al grupo de coronavirus SARS-CoV-2, que tienen un origen zoonótico y que el animal que actuó como vector fue el murciélago”, los únicos mamíferos voladores causantes de otros brotes epidémicos de coronavirus en el pasado. “No es extraño que un evento parecido haya ocurrido, lo que sí es nuevo son sus consecuencias”. 

Existe consenso científico sobre la teoría de que los patógenos que pertenecen a la familia del coronavirus SARS-CoV-2, a la que pertenece el COVID-19, están relacionados con los murciélagos. Hay antecedentes confirmados en anteriores pandemias, la del Síndrome respiratorio agudo y severo (SARS) de 2003 y la del Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) en 2012.

Este tipo de patógenos, que pertenecen a una gran familia de virus, que provocan desde una simple gripe hasta patologías respiratorias más severas, no pueden invadir las células de cualquier tipo de animal. La especie tiene que tener alguna afinidad para que esto pueda ocurrir. 

La investigación que permite llegar al origen del contagio es un proceso largo y complicado. Respecto al MERS llevó un año antes de descubrirse que el animal que la transmitía al hombre era el camello. “Afortunadamente existen estudios científicos anteriores que permiten aprender de experiencias pasadas”, observó el experto.

Pensamos que la agenda de cambio climático debe profundizarse a partir de la experiencia del COVID-19. La comunidad internacional debe iniciar un proceso de replanteo de la agenda del cambio climático a partir de iniciativas de construcción de “políticas públicas de abajo hacia arriba”, de empoderamiento de las comunidades locales, campesinas, afrodescendientes e indígenas, entre otras. En palabras de Francisco Javier Velasco[7]:

El discurso sobre el cambio climático de las élites mundiales se focaliza en lo global y apela al uso de formas dominantes de conocimiento científico y económico. Pero hay otros que apuestan por la articulación de perspectivas más diversas y sensibles a sus propias preocupaciones. En el marco de una creciente crisis planetaria, pugnan por emerger alternativas participativas y horizontales. En este sentido, el combate al cambio climático tiene mucho que aprovechar y recrear de los contextos culturales con agendas alternas a los planes y programas convencionales de la institucionalidad dominante. Ello no debe implicar el abandono del enfrentamiento al cambio climático en sus causas estructurales como esfuerzo mayor y central, lo que supone una transformación radical del modo de vida dominante (subrayado nuestro).

Es la hora de invertir el orden de prioridades. La economía esta vez (y para siempre) debe estar en función del ambiente y no al revés. Es precisamente parte de lo que se debe cambiar y del no retorno a la “normalidad fingida”

Son tiempos de encrucijadas. O la humanidad avanza como una sola a preservar sus fuentes de vida (agua, bosques y oxigeno) o definitivamente nos extinguimos. La Pandemia es apenas una muestra de que los esfuerzos por superar la crisis de la salud mundial que lleva implícita una crisis ecológica global, deben ser asumidos colectivamente.

  • Los derechos territoriales indígenas[8]: una estrategia para la protección de los bosques y de mitigación del cambio climático   

En el reciente estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), Los pueblos indígenas y tribales y la gobernanza de los bosques. Una oportunidad para la acción climática en América Latina y el Caribe (2021), se establece como una de las principales iniciativas para la acción contra el cambio climático la materialización de los derechos territoriales indígenas. En efecto, entre los factores que explican por qué los bosques en territorios indígenas y tribales se conservan mejor tenemos:

  • Los factores culturales y los conocimientos tradicionales;
  • Los derechos colectivos de propiedad o usufructo reconocidos; 

Para ello, entre las medidas que se plantean para mitigar el cambio climático en los territorios indígenas y tribales se proponen un conjunto de estrategias tendientes al reconocimiento y titulación de los territorios ancestrales y tradicionales de los pueblos y comunidades indígenas del continente, como condición fundamental para avanzar en acciones climáticas concretas. En ese sentido tenemos que:

  • Derechos territoriales efectivos reconocidos;
  • Compensación por servicios ambientales;
  • Manejo forestal comunitario;
  • Cultura y conocimientos indígenas;
  • Gobernanza territorial y esquemas de organización; 

Estas medidas de acción para mitigar el cambio climático son claves toda vez que, como lo advierte el propio informe, los territorios indígenas son los que conservan mejor los bosques. En ese contexto, “(…) los bosques de los territorios indígenas y tribales de América Latina y el Caribe son claves para la estabilidad y resiliencia climática global, regional y local. Contienen casi el 30% del carbono almacenado en los bosques de la región y el 14% del carbono en los bosques tropicales a nivel mundial (…)”[9].

Por otra parte, al hablar de desarrollo sostenible en territorios indígenas debe ser contrastado con la noción de Buen Vivir. En efecto, la perspectiva del primero en cuanto a la utilización sustentable de los recursos naturales se contrapone a la de fuentes de vida (agua, oxígeno y bosques), necesarias para garantizar las formas de vida de los pueblos y comunidades indígenas. La vida aquí pasa por la realización del resto de derechos indígenas que, a su vez, son consustanciales con el derecho al territorio. 

El concepto de desarrollo está contenido en una serie de instrumentos internacionales ambientales, incluidas las declaraciones de Estocolmo de 1972, Río de 1992 y Johannesburgo de 2002, el cual se fundamenta en tres aspectos: 

  • Desarrollo económico;
  • Desarrollo social;
  • Protección del ambiente.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 17 (ODS 17) y los derechos territoriales y ambientales indígenas

Los expertos han afirmado que todos los ODS son de carácter interdependiente. No obstante, para el caso de los derechos territoriales indígenas y ambientales, el objetivo 17 referido a la Acción por el Clima es el punto de partida para la concreción del resto de los ODS.

De igual manera, a propósito de la Declaratoria que las Naciones Unidas ha hecho sobre el Decenio de la Restauración de los Ecosistemas, a partir del presente año 2021, estudios de expertos señalan que, “(…) los pueblos indígenas son los mejores gestores de la naturaleza y mantienen el equilibrio ecológico. Es así como nueve de cada diez ecosistemas que tienen por guardianes a pueblos indígenas son ecológicamente funcionales y florecen con salud (…)[10].  

La superación de la pobreza como uno de los ODS fundamentales, para el caso de los pueblos indígenas, pasa por el reconocimiento y titulación de sus territorios para la preservación de las fuentes de vida (agua, oxígeno y bosques). Ello acompañado del desarrollo de actividades socio productivas que tengan como norte la prestación de los servicios ambientales que las tierras y hábitats proveen. Si los ODS no aterrizan a nivel local tomando en cuenta las realidades culturales y ambientales propias y específicas de los territorios, difícilmente podrán ser materializados.

La apuesta, aunque deseable, puede servir de punto de partida para su concreción, luego del 2030. Se requerirá ya no solo de voluntad política de los Estados, sino fundamentalmente de empoderamiento de los pueblos indígenas de su propio destino.

Como ejemplo, podemos dar cuenta de la idea de Buen Vivir del pueblo indígena Pemon de Venezuela. En efecto, el WAKÜPE/WAKÜ:PE KOWANNÖTOK, o la mejor forma de vivir, expresa las aspiraciones del pueblo asociado a la seguridad territorial en la que se encuentra la fauna y flora, zona de pesca, cacería, prácticas agrícolas, que en sus enseñanzas y aprendizajes fortalece lo cultural.

Por ello, es de vital importancia la conservación del territorio en su plenitud como garantía de la permanencia de los pueblos indígenas, constituyendo el espacio donde se van a desarrollar y mantener las representaciones culturales. 

  • Venezuela: Quo Vadis

De la historia del calentamiento del planeta tierra desde que emergió la revolución termo industrial en 1830, Venezuela lleva transitado casi los mismos 200 años con un modelo extractivista (hidrocarburífero y minero) como fase superior del rentismo petrolero. De ese recorrido energético termo industrial llevamos a cuestas una enorme responsabilidad, producto de la cantidad de emisiones de CO2, las cuales por cierto aún no hemos contabilizado. 

La explicación fundamental a la tragedia que como país estamos atravesando en la actualidad, tiene su sustento material y cultural en esta realidad histórica. Para un país que se acostó siendo rural y despertó nadando en millones de barriles petroleros, la superación de una ilusión de riqueza nos retrotrae a la crisis que estamos padeciendo.

Figura 2. Recorrido energético termo industrial de Venezuela desde la revolución industrial de 1830

Fuente: Elaboración propia

En cuanto a los desafíos urge asumirlos en varios frentes[11]:

“Desde arriba” (Estados)

  • Paralización de todos los modos extractivistas de apropiación de la naturaleza. En palabras de Gudynas, estamos en un “coma ecológico” ha de detenerse de manera inmediata.
  • Avanzarse en estrategias concertadas de políticas públicas de salud en general, y sanitarias en particular. Éstas deben ir a la par de políticas públicas en torno al Buen Vivir o bienestar social.
  • Garantizar y profundizar los derechos humanos, bajo el entendido de que éstos no se encuentran en cuarentena (María Elena Attard). Hay una peligrosa tendencia a convertir los estados de excepción en una regla, y esto es muy delicado, pues la política, como el arte de dirimir las diferencias pasaría aquí a un plano inferior.

“Desde abajo” (sociedad)

  • La mitigación constituye una estrategia para la reducción de la vulnerabilidad desde la comprensión de que los pueblos indígenas pueden ser los más afectados. En este sentido, es necesario mirar la epidemia como una oportunidad para avanzar en iniciativas que permitan crear las condiciones para su reducción en comunidades locales, campesinas, indígenas y afrodescendientes entre otras, así como en áreas protegidas, binacionales y de frontera entre otras, con estrategias ecológicas, territoriales, culturales y económicas, a saber:

Ecológicas 

  • En los últimos ciento noventa años la lógica extractiva ha sido de carácter lineal. En efecto, en la actualidad, los proyectos extractivistas en el mundo en general y en la región en particular así lo evidencian. 
  • Una estrategia de mitigación ecológica puede ser a través de la declaratoria de áreas bajo régimen de administración especial, que eviten los proyectos extractivos en espacios naturales y culturalmente vulnerables. La prohibición de proyectos extractivos en estos lugares sería parte de las iniciativas a implementar en dichas zonas de protección.
  • De igual forma, la aprobación de espacios naturales protegidos junto (y como ejemplo) al reconocimiento de territorios indígenas, puede contribuir a iniciativas mixtas de salvaguarda de sitios naturales y culturales bajo riesgo.   

Territoriales

  • En el contexto territorial se pueden proponer estrategias que mitiguen el COVID-19 declarando áreas libres de propagación del virus. En este sentido, la regionalización y localización de las áreas fuera de peligro o de riesgo reducido constituye el punto de partida para el impulso de iniciativas de carácter territorial. 

 Culturales 

  • Bajo la concepción de una gestión intercultural del riesgo y de minimización de la vulnerabilidad es posible establecer mecanismos diferenciados en zonas ricas en diversidad biológica y cultural. 
  • Estas iniciativas deben ser interculturales conforme a las realidades locales propias. Pueden promoverse protocolos de acción pluricultural partiendo de usos y costumbres y de formas específicas de abordar los riesgos, a objeto de evitar la expansión del virus desde la mirada de cada cosmovisión. 

Económicas

  • La pandemia constituye un momento importante para impulsar una economía distinta y alternativa, que no se enfoque exclusivamente en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), sobre todo, en un país como Venezuela con un enorme fardo extractivista acentuado en los últimos veinte años.
  • La economía podría estar enfocada en el tránsito a energías limpias, salud y educación, entre otros sectores que requieren de una fuerte inversión, junto al paulatino decrecimiento de las áreas extractivas poniéndolas al servicio de las primeras. Aquel principio de “sembrar el petróleo” adquiere en esta coyuntura una verdadera razón de ser, pudiéndose ampliar a “sembrar el extractivismo”, devolviéndole a la Tierra lo que le pertenece y corresponde.
  • Por otra parte, se debería incentivar la agricultura ecológica fortaleciendo las redes locales de producción, haciendo especial énfasis en la conservación de las fuentes de vida (agua, bosques y oxigeno), así como desarrollar la economía propia de las comunidades locales, campesinas, afrodescendientes y de los pueblos y comunidades indígenas, entre otros.

[1] Los instrumentos referidos son la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, Estocolmo, 5 a 16 de junio de 1972, Doc. ONU A/CONF.48/14/Rev.1); Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Río de Janeiro, 3-14 de junio de 1992, Doc. ONU NCONP.I51/26/Rev.1 (Vol. 1)); Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible y Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Cumbre Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, Johannesburgo, 4 de septiembre de 2002, Doc. ONU A/CONF. 199/20); “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” (Resolución 70/1 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 25 de septiembre de 2015, Doc. ONU A/RES/70/1); Corte IDH, “Caso comunidades indígenas miembros de la asociación Lhaka Honhat (nuestra tierra) vs. Argentina” (2020). 

[2] ONU pide a todos los países declarar la emergencia climática”. En Servindi, 13 de diciembre, 2020.

[3] Las llamadas tierras raras incluyen minerales estratégicos y su proceso de extracción es muy contaminante ya que se requiere de mucha agua y gas, conllevando su procesamiento a enormes residuos radiactivos. A la par de ello, los expertos señalan que donde hay tierras raras pueden existir minerales radioactivos como el torio, rodio y el uranio, entre otros. 

[4] Este ítem retoma algunas ideas esbozadas en sendas ponencias presentadas por Aguilar Castro, Vladimir, intituladas: Explorando formas de integración binacional entre Venezuela y Colombia desde la seguridad ambiental. Algunos apuntes para la discusión; Pandemia, Postpandemia y crisis civilizatoria global. La primera presentada en el Conversatorio “Por una frontera con seguridad humana: libre de miedo y con dignidad”, Arauca, Colombia, 20 de marzo 2020; y la segunda en el VIII Encuentro Internacional de Humanidades “El papel de las humanidades en tiempos de pandemia”, 29 y 30 de octubre del 2020, Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, Medellín-Colombia.

[5] Darío Aranda, «La dimensión ecológica de las pandemias», Página 12, Buenos Aires, 30 marzo 2020.

[6] La OMS confirma el origen animal del coronavirus. En https://www.abc.es/sociedad/abci-confirma-origen-animal-coronavirus-202005081401_noticia.html. 8 de mayo 2020.

[7] Francisco Javier Velasco, “El potencial de las alternativas culturales en la lucha contra el cambio climático”. Encontradohttps://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/04/23/el-potencial-de-las-alternativas-culturales-en-la-lucha-contra-el-cambio-climatico/, 2020.

[8] Cuando nos referimos a los derechos territoriales indígenas, damos cuenta de los derechos que se desprenden de la gestión colectiva de los territorios ancestrales y tradicionales necesarios para la realización de sus formas de vida, y en los que la implementación de políticas públicas interculturales son una herramienta para su ejercicio y materialización.

[9] FAO-FILAC (2021). Los pueblos indígenas y tribales y la gobernanza de los bosques. Una oportunidad para la acción climática en América Latina y el Caribe, p.23.

[10] www.ngenespanol.com

[11] Retomamos aquí algunas de las propuestas que hemos venido esbozando en otros espacios de discusión como el Observatorio de Ecología Política de Venezuela. Al respecto ver https://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/05/08/la-dimension-ecologica-y-cultural-del-covid-19/

Jeimy-Cabuya

Jeimy D. Cabuya Muñoz

Asistente Financiera y Contable

Es estudiante de los últimos semestres de Contaduría Pública. A lo largo de once años de experiencia en trabajo con entidades sin ánimo de lucro, gubernamentales y casas de la cultura, ha sido auxiliar administrativa, contable y gestora cultural. Durante su trayectoria profesional ha realizado la gestión técnica, contable y el acompañamiento administrativo, además de la articulación e interrelación con comunidades y el trabajo con poblaciones vulnerables, organizaciones e instituciones públicas y privadas, brindando asistencia en la coordinación general de diversos proyectos.

Jesús Abeleida Corvalán

Investigador (Geógrafo)

Geógrafo con estudios de Maestría en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia. Su trabajo profesional ha girado en torno al desarrollo de sistemas de información geográfica, imágenes satelitales, la creación de servicios web de mapas (WMS), así como el análisis y ordenamiento territorial con relación a temáticas socioambientales, trabajo en campo con comunidades y cartografías sociales indígenas. Actualmente, en Wataniba, se encarga de la elaboración de productos cartográficos y el mantenimiento de bases de datos sobre la Amazonia venezolana, como parte de las actividades del Programa de Monitoreo Socioambiental. 

Luis Bello

Luis Jesús Bello

Director Operativo / Coordinador del Programa de Derechos Indígenas

Abogado por la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela), especialista en derechos humanos y derechos de los pueblos indígenas. Director Operacional y Político de Wataniba y lleva el Programa de Derechos Indígenas de esta organización. Tiene treinta y dos años trabajando con los pueblos indígenas de la Amazonia. Ha sido asesor de las principales organizaciones indígenas de la región y de la comisión que redactó los derechos constitucionales de los pueblos indígenas en la Constitución de 1999 en Venezuela. Fue coordinador de la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato de Puerto Ayacucho, Defensor del Pueblo del Estado Amazonas. Tiene más de 10 años trabajando el tema de pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial en Venezuela y participa activamente en los procesos de gestión y en la formalización de las jurisprudencias especiales indígenas de los distintos pueblos que hacen vida en la Amazonia venezolana.

Natalia-Hernández

Natalia Hernández

Gerente Técnica

Bióloga y microbióloga de la Universidad de los Andes (Colombia) con Maestría en Gestión Ambiental y Planificación Territorial del Centro Universitario Internacional de Barcelona (Cataluña). Actualmente reparte su tiempo entre ser la Subdirectora Técnica de Wataniba y Coordinadora del Eje Diálogos y Saberes Interculturales de la Fundación Gaia Amazonas (Colombia). Posee amplia experiencia en temas vinculados con gobernanza territorial y ambiental, análisis de riesgo y vulnerabilidad al cambio climático, estrategias de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, formulación de planes de manejo de áreas protegidas, diseño y formulación de proyectos, recopilación, captura y análisis de información, análisis de amenazas y presiones sobre ecosistemas estratégicos, trabajo comunitario con indígenas, afrocolombianos y campesinos, procesos de planificación y ordenamiento territorial, realización de inventarios florísticos y evaluaciones ecológicas rápidas, sistematización y procesamiento de información alfanumérica y geográfica. Ha trabajado en diferentes organizaciones no gubernamentales y empresas consultoras en Colombia, Brasil y Venezuela, como Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, Fundación Etnollano, Instituto Socioambiental y 4D Elements Consultores.

Guillermo-Marciales

Guillermo Marciales

Investigador y asesor legal

Abogado por la Universidad Central de Venezuela y Magíster en Control de la Gestión Pública por la Universidad la Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública ENAHP (Venezuela). Es Profesor del Instituto Culinario de Investigación Amazonas ICIA y asesor legal e investigador en el Programa de Derechos Indígenas de Wataniba. Ha sido asesor legal del Concejo Municipal del Municipio Autónomo Ature del Estado Amazonas y del Ministerio del Ambiente. Perteneció al equipo legal de la Comisión Regional de Demarcación de tierra y hábitats indígenas del Estado Amazonas y fue asesor de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de Amazonas. Desde el 2013, acompaña a las comunidades Uwottüja de la Cuenca del Cataniapo y Ye’kwana del Alto Ventuari en los procesos de elaboración y gestión de sus jurisdicciones especiales indígenas. Participó activamente en la elaboración del libro La jurisdicción especial indígena en Venezuela como autor y en la coordinación editorial.

Vladimir-Aguilar

Vladimir Aguilar

Investigador y asesor legal

Politólogo, abogado de la Universidad de los Andes (Venezuela). Doctor en Estudios del Desarrollo mención Política Internacional, por el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo, Ginebra (Suiza). Profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de los Andes y coordinador del Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GTAI) de esta misma casa de estudios. Es asesor legal e investigador en el Programa de Derechos Indígenas de Wataniba.  Fue coordinador del Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (CEPSAL) y del Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad de los Andes. Es profesor invitado recurrente en el Diplomado de Expertos en Pueblos Indígenas y Cooperación Internacional de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Universidad Lyon II. Así mismo, ha sido profesor visitante de la Universidad de las Islas Baleares (España), la Universidad Autónoma de Chiapas (México), la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (Ecuador) y otras universidades en América Latina. Ha sido autor de diversos libros, capítulos de libros y artículos, entre los que destaca su participación en el libro La jurisdicción especial indígena en Venezuela como derecho propio como coordinador y autor de capítulos.

Tina

María (Tina) Oliveira-Miranda

Coordinadora de Sistemas de Información Socioambiental

Licenciada y doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad Simón Bolívar (Caracas). Coordinadora del Programa de Monitoreo Socioambiental de Wataniba y miembro del Grupo de Investigación BioEvo de su Alma Mater. Miembro de la Comisión de Manejo Ecosistémico de la UICN. Lleva más de veinte años trabajando por la conservación del ambiente y la gestión territorial desde instituciones como la Universidad Simón Bolívar, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y organizaciones de la sociedad civil como Provita y Wataniba. Su línea de investigación principal gira en torno al análisis de la condición de los ecosistemas nacionales y continentales. En los últimos años se ha centrado principalmente en la evaluación y seguimiento de las presiones y amenazas que existen sobre la Panamazonia y la Amazonia venezolana. Para sus estudios y desarrollo profesional, se ha apoyado fuertemente en el uso de sensores remotos y sistemas de información geográfica para la monitorización de los procesos de cambio en la cobertura terrestre. Cuenta con más de 25 publicaciones y más de 40 presentaciones en congresos. Es autora de la Lista Roja de los Ambientes Terrestres de Venezuela, la cual fue publicada en un libro homónimo, y coautora del nuevo mapa de Unidades Ecológicas de Venezuela, conjuntamente con Otto Huber. Participa de diversas redes nacionales e internacionales como la Rede Pro Yanomami Ye’kwana, Raisg, ANA, Alianza por la Acción Climática -Venezuela y ReGeneC.

Diana-Guevara

Diana Guevara

Especialista en Procesos de Sistematización de Información Socioambiental

Nativa Jivi, Licenciada en Gestión Ambiental por la Universidad Bolivariana de Venezuela y Técnica Superior en Ecoturismo por el Instituto Universitario de Tecnología Amazonas (Iutama). Lleva cinco años siendo parte del equipo de Wataniba. Actualmente es asistente del Programa Monitoreo Sociambiental de Wataniba. Desde allí trabaja en proyectos socioambientales dirigidos a promover y defender los derechos humanos de los pueblos indígenas, sea en la planificación, ejecución y seguimiento de los mismos. También apoya en los proyectos de investigación y monitoreo con líderes indígenas que lleva a cabo la organización en torno a impactos en temas territoriales, ambientales, y culturales. En el último año ha mantenido un proceso constante de formación en materia de cambio climático. Así mismo participa en redes de jóvenes centradas en la conservación de la Amazonía y la adaptación y mitigación del cambio climático.

Luis-Medina

Luis Medina

Especialista en Sensores Remotos y SIG

Ingeniero ambiental con especialización en Sistemas de Información Geográfica por la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (Colombia), con experiencia en el análisis espacial, procesamiento digital de imágenes de satélite y la interpretación de coberturas de la tierra. Actualmente apoya en el seguimiento de la actividad minera, la detección de incendios, así como los principales factores que inciden en la deforestación en la Amazonia venezolana y la Panamazonia desde el Programa de Monitoreo Socioambiental de Wataniba.

Gabriela-Croes

Gabriela Croes

Asesora antropológica

Antropóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Magister en Historia por el Centro de Estudios Históricos de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Venezuela), especializada en historia de Venezuela. Profesora de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela. Fue Directora Nacional de Asuntos Indígenas del Ministerio de Educación por una década (1997-2007). Desde allí coordinó la elaboración de guías pedagógicas para el Programas en Educación Intercultural Bilingüe y el proyecto nacional de políticas públicas desde la perspectiva de los pueblos indígenas. Entre 2000-2007 fue integrante de comisiones nacional y binacionales de alto nivel en asuntos indígenas, como la comisión de minería ilegal Venezuela-Brasil que involucran al Ministerio de Educación y la Cancillería venezolana.  Ha sido facilitadora en procesos de demarcación y autodemarcación de territorios indígenas y planes de vida de los pueblos Yukpa, Pemon, Chaima, Pume, Kuiva, Warao y Yek’wana.

Fue asesora de las organizaciones indígenas Kuyujani del alto Caura y Asochaica del pueblo chaima del estado Monagas. Consultora e investigadora de las culturas indígenas a través de la revista Anthropos, de estudios sociales aplicados. Entre 2013-2015, fue la coordinadora nacional del proyecto “Sitios Sagrados naturales de los pueblos indígenas de Venezuela”, llevado a cabo por el Ministerio de Educación con ORPIA y otras organizaciones regionales y nacionales y que dio como resultado una publicación homónima. Desde 2020 apoya Wataniba en el desarrollo de un sistema de alerta temprana y educación intercultural bilingüe para enfrentar el COVID-19 en comunidades indígenas de los estados Amazonas y Bolívar; además acompaña el desarrollo de mapas sitios sagrados de los pueblos Ye´kwana y Uwottüja.

En su trayectoria académica ha participado en calidad de ponente en eventos y congresos internacionales representando a Venezuela en la OEA, Educación Intercultural en los países de América Latina y el Caribe y en el 2014 representó a Venezuela en el Mercosur cultural.

Cambio climático: entre pandemia, protección de los bosques y derechos territoriales indígenas

RodrigoTapia

Rodrigo Tapia

Investigador (antropólogo) y asistente en proyectos
de formación intercultural

Antropólogo Magna Cumlaude por la Universidad Central de Venezuela, cursando estudios de filosofía en esta misma casa de estudio. Apoya en el Programa de Monitoreo Socioambiental de Wataniba en sus actividades de formación y en los proyectos de investigación socio-cultural que lleva a cabo la organización. Ha trabajado como analista espacial para el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar, aplicando encuestas y cuestionarios en comunidades indígenas y rurales, así como procesando datos. Así mismo ha participado de proyectos de investigación en torno a los saberes indígenas y los sitios sagrados de los pueblo indígenas de la amazonía en apoyo a Anthrophos para la elaboración de materiales didácticos, así como para estudios realizados por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Venezuela).

Leyda-Sanchez

Leyda Sánchez

Asistente en Procesos de Recolección de Información Socioambiental

Nativa y parlante Jivi, Profesora de educación intercultural bilingüe formada por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Venezuela) y diplomada en “Pedagogía comunitaria para el buen vivir de los pueblos indígenas” por la Universidad Bolivariana de Venezuela. Ha trabajado como docente de escuelas en Caracas y Puerto Ayacucho. Además de ejercer como maestra, ha participado en proyectos comunitarios como el de Diakone Katastrofhenhilpe y ha servido de apoyo en redes y organizaciones que velan por los derechos indígenas; entre éstas destacan ORPIA y Wataniba. En la segunda pone al servicio su formación como docente intercultural bilingüe y su intereses y saberes sobre las comunidades para organizar talleres y otras actividades de capacitación que surgen del Programa de Monitoreo Socioambiental de Wataniba.  

Beatriz-Bellorin

Beatriz Bellorín

Asesora en comunicaciones

Socióloga por la Universidad Católica Andrés Bello, Magíster en Antropología Visual por University of London, Goldsmiths College. Fotógrafa y artista visual, se ha dedicado al desarrollo de investigaciones sociales cualitativas y la traducción de sus metodologías en la realización de videos y ensayos fotográficos con temas relacionados con el desarrollo humano sustentable y la gestión cultural. Ha centrado su trabajo en la promoción de intervenciones que generan impacto social y en compartir relatos que cuentan la adquisición y consolidación de capacidades en poblaciones vulnerables, promoviendo y alentando el compromiso con el bienestar en América Latina. Es co-fundadora de Foco Sustentable, Centro Lyra y Automático Films, organizaciones todas que giran en torno a la promoción del desarrollo sustentable. Ha trabajado en diferentes organizaciones no gubernamentales y organizaciones académicas en Venezuela y Estados Unidos, como Voices For Children, Avina Américas, Athena Lab For Social Change, SOCSAL, Wataniba y el Centro de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello en Venezuela. Tanto en Voices for Children y en Wataniba ha impulsado importantes cambios en las estrategias comunicacionales de ambas organizaciones. También ha sido consultora para proyectos de Ashoka, Banco BBVA, Empresas Polar y Plumrose, entre otros.

Brenda-Bellorin

Brenda Bellorín

Coordinadora de comunicaciones

Investigadora y crítica literaria, editora, gestora de proyectos culturales y sociales y creadora de contenidos para niños y jóvenes. Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Máster en Estudios Liberales en la New School University (EEUU) con una beca Fullbright. Doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura por la Universitat Autònoma de Barcelona (Cataluña). Dirigió la Gerencia de Información Documentación y Estudio del Banco del Libro de Venezuela, allí desarrolló proyectos editoriales y organizó exposiciones, cursos, simposios, seminarios y participó en diversos proyectos sociales y culturales en comunidades urbanas y rurales poco favorecidas. Ha sido profesora en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, el Máster de Promoción de lectura de la Universitat de Barcelona y la Universitat Autònoma de Barcelona, así como en La Escola de la Dona. Entre el 2006 y el 2019 fue profesora del Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autònoma de Barcelona- Banco del Libro y miembro de la coordinación académica de este programa. Asimismo, ha colaborado con editoriales como Ediciones Ekaré, FCE, Akal, Zorro Rojo y Flamboyant. Creó, junto con Miriam Martínez Garza, Vuelta de Caracol, una agencia de contenidos creativos para proyectos editoriales, culturales y sociales destinados al público infantil y juvenil. Actualmente reparte su tiempo apoyando las organizaciones sociales Ágora y Centro Lyra en la formulación y ejecución de proyectos, y Wataniba, donde apoya en la Coordinación de Comunicación y Publicaciones creando contenidos y editando materiales.

Loreana Botero

Asistente de comunicaciones

Estudia Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela) y asiste a la Coordinación de Comunicaciones y Publicaciones de Wataniba, recopilando y procesando materiales para la escritura de artículos, notas de prensa y posts para redes sociales.

Roselin-Gonzalez

Roselin González

Administradora Interna

Licenciada en Contaduría Pública por la Universidad de Carabobo (Venezuela), especializada en gestiones y procedimientos administrativos y la elaboración de informes financieros y contables, declaraciones de impuestos y manejo de programas contables. Fue Directora de Administración del Instituto Nacional de Nutrición del estado Amazonas, Directora de Administración y Finanzas del municipio Autana, estado Amazonas, así como Administradora para Fundaproal. Desde inicios del 2021 trabaja como Administradora Interina para Wataniba. Entre el 2009 y 2012 fue profesora de matemáticas financiera y contabilidad básica en la UPEL (Venezuela).

Martha-Lopez

Martha López

Gerente Administrativa y Financiera

Contadora Pública por la Universidad de la Salle (Colombia) con especializaciones  en Gerencia y Gestión pública por la misma casa de estudios y adopción NIIF de la Universidad Externado de Colombia y Recursos Humanos. Se especializa en gestiones y procedimientos administrativos, registro de contabilidad, proyección y ejecución de presupuestos y en el análisis de informes financieros. Ha trabajado de manera independiente como contadora pública y revisora fiscal para diferentes empresas y organizaciones en Colombia desde 1998. Desde el 2012 trabaja para Wataniba como Contadora.

Carlos-Poleo

Carlos Poleo

Especialista en comunicaciones

Productor creativo de contenidos para proyectos audiovisuales, fotográficos y de escritura en plataformas virtuales y tangibles. Por una década produjo piezas de branding y contenido promocional, programas de televisión de corto y mediano formato para HBO Latin America Group.  Ha trabajado para varias agencias de publicidad como redactor, productor y director creativo. Fue escritor y coordinador editorial del semanario Urbe en Venezuela. También fue fundador de 3.1 MultiMedia, un estudio de creación y producción de contenidos, y de Residencia, un grupo multidisciplinario dedicado a la creación visual. Ha escrito, producido y dirigido cortometrajes de ficción y documentales independientes como xxxx.

Graduado en Marketing y Publicidad por el Instituto Superior Universitario de Mercadotecnia. Realizó estudios literarios en la Universidad Católica Andrés Bello que continuaron en la Universidad Central de Venezuela. Cursó estudios de fotografía en la Escuela de Roberto Mata, la Organización Nelson Garrido y en el International Center of Photography en Nueva York. 

Maria-Teresa-Quispe

María Teresa Quispe

Directora Ejecutiva / Coordinadora de Redes Amazónicas

Socióloga por la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela), con más de veinte y cinco años de experiencia en organizaciones sociales e instituciones gubernamentales que buscan fortalecer a colectivos de distinta índole. Fundadora y Directora Estratégica del Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonía, Wataniba. Desde el 2002 se dedica al diseño de políticas que buscan promover nuevos modelos de bienestar para la Amazonía, con una perspectiva que considera la protección de los bosques y los derechos de los pueblos amazónicos. Como directora estratégica de Wataniba, establece líneas de trabajo de la organización, diseña y dirige la implementación de programas que buscan empoderar a los pueblos indígenas en la consolidación de sus derechos a la autodeterminación, la tenencia y gestión de sus tierras de origen, el respeto de sus conocimientos, tradiciones y formas de vida ancestrales. Así mismo, se dedica a la consolidación de redes abocadas a mitigar y poner fin a las amenazas que ponen en peligro a la Amazonia y su gente. En ese marco, lidera la articulación institucional de Wataniba con organizaciones e instituciones regionales, nacionales e internacionales como ISA, Gaia Amazonas y alianzas y redes regionales como ANA, COICA, RAISG, CANOA, entre otros. Establece relaciones con donantes y cooperantes internacionales para la recaudación de fondos para hacer viables los objetivos organizacionales.